Para que leer en público resulte ameno e interesante es necesario aplicar algunas técnicas, ya que, de lo contrario, suele ser algo aburrido y se pierde el interés y la atención de las personas que te escuchan.
Resulta más difícil mantener la atención con un discurso leído que cuando lo hemos preparado y lo decimos sin leer. Por tanto, conviene realizar la preparación de la lectura teniendo esto en cuenta para leer en público y que las personas no pierdan el hilo.
Al leer, nuestro cerebro está concentrado en hacerlo bien, en que no se escape una letra, una coma, es decir, requiere un esfuerzo adicional, y precisamente por esto, la mayor parte de la atención del que lee se centra en descifrar el mensaje escrito.
En cambio, cuando improvisamos (tras habernos preparado, ¡claro!), aunque estemos concentrados en qué vamos a decir, se trata de nuestro registro natural y tenemos mayor expresividad con nuestra voz.
Conozcamos ahora algunas formas de lograr que una lectura conecte con la audiencia:
1. Calentar la voz antes de empezar. Es necesario mover los músculos, para pronunciar o vocalizar mejor y ganar agilidad.
2. Familiarizarse con el texto y su vocabulario. Debes realizar varias lecturas del texto hasta que te sientas cómodo, no debe existir ninguna parte en la que te tranques o que te confundas.
Si no fluye, no hay que intentar corregir la forma de leerlo, sino modificar el texto para que no tenga obstáculos, escribir esa parte de una forma más coloquial, es decir, más fácil de contar.
3. Practica una lectura espontánea. La lectura espontánea se logra realizando algunos pasos. Al principio te pueden costar un poco de trabajo acostumbrarte, pero ya después los realizarás de manera natural:
Inicia leyendo, mirando hacia abajo
Levanta la cabeza
Mira a tu audiencia y pronuncia el texto
Vuelve a leer y a levantar la cabeza para continuar el proceso de verbalizarlo
4. Trata de reducir los nervios que provoca la lectura. Puedes entrenarte en evitar los nervios que puede provocarte leer un texto ante una audiencia.
Te recomiendo realizar el ejercicio de “ruido en los oídos”. Consiste en que te coloques unos audífonos con música fuerte mientras ensayas. La molestia que produce resulta muy parecida a la distracción que generan los nervios.
Si eres capaz de hacer la lectura con ruido en los oídos, serás capaz de realizar la lectura delante de la gente y en una situación extrema de nervios.
A veces, pensamos que nos tiembla la voz, pero desde fuera es apenas perceptible. Si uno se graba haciendo este ejercicio y se escucha, se dará cuenta de cómo va a sonar aunque esté nervioso.
Conviene leer de forma que las personas que están escuchando puedan disfrutar del contenido. Es la garantía de que sea una gran lectura. En otras palabras, para leer y que resulte interesante, no debe parecer que estás leyendo.
🎤 ¡Comunícate!
⭐ Recuerda: Lo que no se comunica, simplemente no existe…
Muy bueno. Gracias